Único ejemplar conocido, el estribo en estudio posee cualidades estéticas que justifican se lo incluya en cualquier colección de elementos de uso criollo en el Río de la Plata.
Sobre su origen, nos atrevemos a esbozar una teoría: El desarrollo industrial de Inglaterra se reflejó en todos los lugares donde se comercializaban sus productos, en general hechos al gusto de los mercados locales. Así como sucedía con los textiles, también ocurrió lo mismo con diversos avíos de montar y elementos de uso cotidiano entre los gauchos.
Espuelas, estribos, cuchillos, arreadores y otros muchos artículos fueron ejecutados en las factorías inglesas en distintos metales y aleaciones, y se comercializaban en pulperías, talabarterías y almacenes de ramos generales distribuidos por todo nuestro país. Especial importancia tuvieron muchos modelos de espuelas y estribos fundidos en hierro...
El sistema debería haber funcionado del siguiente modo: un representante de las fábricas seleccionaba los diseños que gozaban de aceptación y eran de origen artesanal, los que luego se industrializaban, con la consecuente reducción de costos. Esta práctica se habría hecho para todo el mundo, como se observa en el mobiliario, porcelanas y armamento destinados a Estados Unidos, o los países árabes y orientales. En otras palabras, los distintos artículos tenían ornamentaciones al gusto del consumidor; por ejemplo una espuela destinada a Chile era distinta a la que se comercializaba en el Perú, o en México, y todas ellas realizadas en fábricas europeas, y hasta quizás en una misma factoría.
Imaginamos que en ese contexto fue diseñado este estribo. Representa un gaucho enlazando un vacuno, escena típica de nuestro país y motivo de muchas ilustraciones de las crónicas de viajes editadas en el siglo XIX. Además, en su arco y ambos lados del ojo tiene sendas cabezas de caballo, algo que no usaron nuestros gauchos pero que sí se encuentra en alguna variante de estribos de origen araucano o pampa.
Si el obstáculo para la difusión de este estribo entre los jinetes criollos fue su diseño o su probable mayor costo originado en la alta calidad del mismo es algo imposible de saber. Lo evidente es que no tuvo acogida favorable en torno al Río de la Plata porque no se conocen otros ejemplares ni en colecciones públicas ni en particulares.
Todas hipótesis y suposiciones, lamentablemente. Pero queda abierta la invitación al aporte de nuestros lectores, con cuya ayuda quizás desentrañemos algunos misterios, inaugurando el blog de Manos Artesanas Comunicaciones para que amigos y clientes lo enriquezcan con sus reflexiones, dudas y certezas.
Con afecto.
Don Hilario